Cómo combatir la Avaricia... (Cuento)


En una buena ocasión, una mujer acudió con el sacerdote de su parroquia a solicitarle un favor: "Padre - le dijo - , soy una persona "avara", quisiera quitarme este vicio..."

El sacerdote pensó un momento, y después le dijo a aquella mujer: "Acompáñeme a la sacristía".

La mujer lo siguió. Una vez allí, el padre la colocó delante de una ventana, y le preguntó: "¿Qué es lo que ve usted?" La mujer respondió: "Veo a la gente..." - "¡Muy bien!" Contestó el padre, quien la colocó entonces delante de un espejo y le volvió a preguntar: "Y ahora, ¿qué es lo que ve usted?" La mujer le dijo: "Me veo a mí misma". "¡Eso! - continuó el sacerdote - Eso es lo que se ve cuando uno tiene ante sí un poco de plata (la única diferencia que hay entre un vidrio y un espejo: un poco de plata). Quiere usted combatir la Avaricia, comience a apartarse de la plata, así podrá verse no sólo a sí misma, sino a todos los demás, y velar por sus intereses también..."

* * * *

¿Cuántos de nosotros aún permanecemos estancados en esa inclinación, o en ese deseo desordenado de bienes, placeres o pasiones?

Viéndonos constantemente en esos "espejos", impedidos en percibir a alguien más que no sea nuestro propio reflejo, nos perdemos la oportunidad de mirar a los demás y de solidarizarnos con aquellos que nos necesitan...

Hoy es una buena oportunidad... ¡Comencemos a combatir la Avaricia!

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