Como bien supimos, el Papa Benedicto XVI visitó el pasado 6 y 7 de noviembre la "Madre Patria", y entre posturas encontradas, su estancia en tierras españolas dejó cosas muy positivas y otras no tanto, de las cuales debemos reflexionar.
Fue el día 7 de noviembre cuando el Papa, luego de haber visitado Santiago de Compostela, asistió a Barcelona para darle, entre otras muchas otras actividades de su agenda, el título de "Basílica" a la Iglesia de la Sagrada Familia... en su paso por el Papa móvil, y para sorpresa de muchos, "presenció" un beso masivo gay en la plaza de la Catedral de dicha ciudad...
¿La razón?
Es cierto que el Papa Benedicto XVI, en uno de sus mensajes, criticó las leyes españolas que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo, el divorcio, y el aborto, dejando así muy clara la postura oficial de la Iglesia Católica de defender la vida, la familia y sus derechos.
En desacuerdo con esta postura, un centenar de homosexuales "expresaron su inconformidad" demostrando su "afecto" a su paso...
Jordi Petit, dirigente histórico del movimiento homosexual en Cataluña, dijo que "la jerarquía eclesiástica hace muchos años que ataca los derechos básicos humanos"... aseguró también que esta "crítica" estaba dirigida "a la jerarquía" no a "los cristianos de base" quienes suelen hacer un trabajo positivo. Finalmente, se pronunció por "un estado laico en el que la política vaya por su lado y la religión sea algo personal".
¿Qué podemos decir?
Primero.- La Iglesia Católica, tanto en la jerarquía como en sus miembros laicales, está a favor de todo aquello que sea humano, y de todo lo que promueva su dignidad.
Segundo.- La Iglesia Católica no está en contra de los homosexuales, como personas que son, sino de sus actos homosexuales, que desde cualquier punto que se les observe son anti naturales y no promueven la vida ni la dignidad humana.
Tercero.- En "libre expresión", este tipo de manifestaciones pueden entenderse, pero... lejos de promover un auténtico diálogo, "separan" por sí mismas toda comunicación...
Cuarto.- Al promoverse un "estado laico" (que más bien debería entenderse "anticatólico"), y si se dejara que la política vaya "por su lado" y la religión sea algo más "personal", se correría el riesgo de la anarquía: Evitando toda presión legal, viviendo sin ninguna regla ni respetando ninguna ideología... cosa que parece absurda, porque al defender esta postura se cae en lo que se pretende no caer...
Fue el día 7 de noviembre cuando el Papa, luego de haber visitado Santiago de Compostela, asistió a Barcelona para darle, entre otras muchas otras actividades de su agenda, el título de "Basílica" a la Iglesia de la Sagrada Familia... en su paso por el Papa móvil, y para sorpresa de muchos, "presenció" un beso masivo gay en la plaza de la Catedral de dicha ciudad...
¿La razón?
Es cierto que el Papa Benedicto XVI, en uno de sus mensajes, criticó las leyes españolas que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo, el divorcio, y el aborto, dejando así muy clara la postura oficial de la Iglesia Católica de defender la vida, la familia y sus derechos.
En desacuerdo con esta postura, un centenar de homosexuales "expresaron su inconformidad" demostrando su "afecto" a su paso...
Jordi Petit, dirigente histórico del movimiento homosexual en Cataluña, dijo que "la jerarquía eclesiástica hace muchos años que ataca los derechos básicos humanos"... aseguró también que esta "crítica" estaba dirigida "a la jerarquía" no a "los cristianos de base" quienes suelen hacer un trabajo positivo. Finalmente, se pronunció por "un estado laico en el que la política vaya por su lado y la religión sea algo personal".
¿Qué podemos decir?
Primero.- La Iglesia Católica, tanto en la jerarquía como en sus miembros laicales, está a favor de todo aquello que sea humano, y de todo lo que promueva su dignidad.
Segundo.- La Iglesia Católica no está en contra de los homosexuales, como personas que son, sino de sus actos homosexuales, que desde cualquier punto que se les observe son anti naturales y no promueven la vida ni la dignidad humana.
Tercero.- En "libre expresión", este tipo de manifestaciones pueden entenderse, pero... lejos de promover un auténtico diálogo, "separan" por sí mismas toda comunicación...
Cuarto.- Al promoverse un "estado laico" (que más bien debería entenderse "anticatólico"), y si se dejara que la política vaya "por su lado" y la religión sea algo más "personal", se correría el riesgo de la anarquía: Evitando toda presión legal, viviendo sin ninguna regla ni respetando ninguna ideología... cosa que parece absurda, porque al defender esta postura se cae en lo que se pretende no caer...
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