Oración para el fin del año

Señor Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de Ti.

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

EL MIEDO

¿Qué es el miedo? “es una emoción-choque, frecuentemente precedida de sorpresa, provocada por la toma consciente de un peligro presente y agobiante que, según creemos, amenaza nuestra conservación”
(Jean Delemeau, El miedo en Occidente (siglos WIV-XVIII).

TIPOS DE MIEDO:
El espanto, el pavor, el terror pertenecen a lo que propiamente llamamos miedo. Supone que está dirigido a lo conocido.
La inquietud, la ansiedad, la melancolía, pertenecen a la angustia. Supone la imposibilidad para identificar claramente la fuente de la inseguridad.

San Nicolás de Bari

El día de hoy, 6 de diciembre, celebramos a San Nicolás de Bari, Patrono de Rusia, Grecia y Turquía.

 Su nombre significa “protector y defensor de los pueblos”. En la antigüedad fue un santo muy venerado, la Iglesia le ha consagrado en el mundo más de dos mil templos.

Fue Obispo de Mira (actual Turquía), y San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, escribió en su honor, hacia el año 875, su biografía.

Siempre se caracterizó por ser un hombre caritativo. Su tío, que era Obispo, lo consagró como sacerdote, pero al quedar huérfano, Nicolás repartió todos sus bienes entre los pobres, luego, ingresó a un monasterio viviendo austeramente.

Cuenta la tradición que en una ocasión, estando reunidos en un templo de Mira tanto el clero como los fieles para discernir quién podría ser el nuevo Obispo de la región (porque el anterior había muerto), al no poder llegar a un acuerdo común, decidieron elegir al primer sacerdote que ingresara… Nicolás, sin saber nada de lo que ocurría adentro, entró a ese templo con la intención de orar. Entonces, todos lo aclamaron y lo consagraron Obispo. La elección fue muy feliz, y los lugareños vieron en este hecho la mano siempre benévola de Dios.

Murió el 6 de diciembre del año 345. Por ser tan amigo de los niños, cada vez que se recuerda su memoria suelen repartirse dulces a los “reyes del hogar”. Su nombre, en alemán es “Nikolaus”, de aquí proviene el famoso “Santa Claus”…

Estemos muy atentos para no caer sólo en la mercadotecnia, y que cada vez que contemplemos a un anciano gordito y bonachón, vestido de rojo, negro y blanco, con una enorme barba y un gorrito especial, y a bordo de un trineo con renos, nunca nos olvidemos que lo que nos enseñó realmente este Santo es aprender a ser generosos… porque “siempre hay más alegría en dar, que en recibir” (Hch 20, 35).