La Iglesia, sabedora del derecho de toda persona con discapacidad, de conocer a Dios Padre en Jesús y de vivir la plenitud de su amor en el Espíritu Santo, se esfuerza por llevar a la vida de cada uno de ellos el alegre Mensaje del Evangelio.
Ellos constituyen la minoría más numerosa en nuestro país y, lamentablemente, la más desfavorecida. De acuerdo a la Secretaría de Salud de nuestro país, para el año 2003, en Jalisco, el 13.8% de la población presentaba algún tipo de discapacidad; cantidad que a la fecha debió de haberse incrementado.
Nuestra Arquidiócesis cuenta, incluso, a modo de bendición de Dios, con varios sacerdotes con alguna discapacidad, así como con un buen número de evangelizadores y catequistas en la misma situación.
ES TIEMPO DE EMPAREJAR LOS CAMINOS
A lo largo del tiempo han surgido diversas iniciativas eclesiales, pero aún nos hace falta que éstas lleguen a cada comunidad parroquial. Es el tiempo de “emparejar los caminos” (Cfr Mc 1, 3) para que ellos vivan su fe de un modo más pleno y evidente.NECESITAMOS IR QUITANDO ALGUNAS BARRERAS:
a) BARRERAS FÍSICAS
Adaptar en nuestros templos rampas de acceso para sillas de ruedas, las cuales deben tener una inclinación de entre 6 y 8 grados, y un descanso de 1.20 metros cada 4.5 metros.
Evitar el uso de pisos resbaladizos que, aunque se ven brillantes, son un riesgo para el andar de una persona con discapacidad, e incluso para muchos de nosotros también.
Asimismo, es conveniente que los pisos sean de diferente textura, según cambie cada espacio. Esto facilitará a la persona ciega el darse cuenta de que ya se encuentra en otro lugar del templo o casa pastoral.
b) BARRERAS DE INFORMACIÓN
Elaborar materiales en Sistema Braille para la evangelización de las personas ciegas, y en Lengua de Señas Mexicana para las personas sordas. Ellas podrán, de esta manera, saber más de su fe e incluso llegar a integrarse en su comunidad como Agentes de Pastoral, tal y como nos lo indicara el Papa Benedicto XVI en su Mensaje del 20 de noviembre de 2009 a los participantes de la Conferencia Internacional “¡Effetá! La persona sorda en la vida de la Iglesia”.
c) BARRERAS CULTURALES
Evitar todo prejuicio en relación a las personas con discapacidad; ellas son, como nosotros, imagen y semejanza del Creador. “No temas, yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre y eres mío… Eres valioso, y yo te amo” (Is 43, 1. 4).
Es, por dichas barreras, que las comunidades parroquiales y la Iglesia en general, requieren de un cambio sustancial, que permita que todos los bautizados puedan vivir y desarrollarse plenamente en ella, con el pleno disfrute de todos sus derechos humanos y cristianos.
La Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis viene apoyando desde hace once años la atención pastoral de las personas con discapacidad, a través del Departamento de Catequesis Especial.
Para ello, organiza Talleres y Cursos de sensibilización y capacitación, realiza adecuaciones a los textos de Catequesis, ofrece acompañamiento a las comunidades parroquiales, promueve Retiros Espirituales y Peregrinaciones para personas con discapacidad, y celebra cada año, el Segundo Domingo de Adviento, el Día de la Catequesis Especial.
En este año será el domingo 4 de diciembre, de las 10.30 a las 13.30 Hrs. En las instalaciones del SEDEC, Calle 32 No. 517, del Sector Libertad (entre las Calles de Industria y Federación), y presidirá la Celebración Eucarística el Obispo Auxiliar D. Miguel Romano Gómez.
Mayores informes, al correo catequesisespecial@sedecgdl.com o al teléfono 36186666.