Excmo. Sr. Ob. D. Miguel Romano Gómez


Breve Biografía

Nació en “El Paso”, Texas, el 21 de enero de 1959. Fue ordenado sacerdote el 26 de mayo de 1985; obtuvo la licenciatura en Teología Dogmática, con especialidad en espiritualidad, por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Inició los procesos de beatificación y canonización en la ciudad de Roma, de los Siervos de Dios Cristóbal Magallanes y compañeros mártires.

Fue Vicario Parroquial en Puente Grande, Jalisco, y en Nuestra Señora de Guadalupe, en la Colonia Chapalita.

Desempeñó el cargo de maestro y director espiritual del Seminario Mayor Diocesano de Guadalajara, desde 1989 hasta el mes de abril de 2000.

El 18 de marzo de 2000 fue nombrado, por el Santo Padre Juan Pablo II, Obispo Auxiliar de Guadalajara, y recibió la Ordenación Episcopal el 9 de abril del año jubilar de la Encarnación de Cristo.

Actualmente es el Rector del Seminario Diocesano de Guadalajara, y el Coordinador de la Comisión de la Formación Integral Permanente del Presbiterio.

Muy reconocido por su espiritualidad, sencillez y franqueza, coopera con el pastoreo de nuestra Arquidiócesis de Guadalajara.

Su Escudo Episcopal

Es un Escudo muy sencillo. Casi simétrico, simple y a la vez completo y armonioso.

Su lema lo componen tres palabras latinas: “OMNIBUS OMNIA FACTUS”, que puede traducirse como “Me he hecho todo para todos”, inspirado en la Cita de 1 de Corintios, capítulo 9, versículo 22.

Los elementos son muy similares al del Escudo del Seminario, para expresar el gran cariño y la singular gratitud al Seminario Diocesano.

La Espiga, que da un tinte Eucarístico, significa que la Eucaristía es el centro y el culmen de su ministerio Episcopal; además, fue consagrado en un año dedicado a la Eucaristía.

La Cruz, en color amarillo, expresa la centralidad de su vida en Cristo. La Flor de Liz, en color blanco, significa la confianza en la oración y protección del Señor San José, Patrono del Seminario de Guadalajara. El fondo del Escudo es azul, símbolo de la consagración a María Santísima.

Oremos por el Exmo. Sr. Ob. D. Miguel Romano Gómez. Que su ejemplo y dedicación a su ministerio suscite también muchas y santas vocaciones.

¡Hoy, en su Santo, le deseamos muchas Felicidades!

Excmo. Sr. Ob. D. Rafael Martínez Sáinz

Breve Biografía

Nació el 29 de septiembre (memoria de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael) en la Comunidad de Arandas, Jalisco.

Recibió la Ordenación Sacerdotal el 25 de octubre de 1959 en la Ciudad de Roma.

Obtuvo las Licenciaturas en Teología Dogmática y en Ciencias Sociales por la Pontificia Universidad Gregoriana.

Prestó sus servicios ministeriales en Tecualtitán y en la Curia Diocesana. Estuvo en la Parroquia de San Miguel del Espíritu Santo. Fue Párroco del Señor de la Misericordia en Ocotlán de 1971 a 1988, y de la Madre de Dios.

Fue Vicario Episcopal de la Zona Pastoral Foránea Oriente de 1975 a 1988, y Vicario General de la Diócesis.

Recibió la Ordenación Episcopal el 16 de julio de 2002, en el Auditorio Benito Juárez.

Es el encargado de la Vicaría de la Vida Consagrada en la Arquidiócesis, y Coordinador de la Dimensión Episcopal de la Pastoral de la Salud.

Su Escudo Episcopal

Es un Escudo muy sencillo. Simple, y a la vez, completo y armonioso.

Su lema lo componen tres palabras latinas: “PRO HOMINIBUS CONSTITUTUS”, que puede traducirse como “En favor de los hombres”, cita inspirada en la Carta a los Hebreos, capítulo 5, versículo 1: Jesucristo ha sido constituido Sumo Sacerdote, y a su imagen, todos los demás, son hombres, sacados de entre los hombres, con la misión de servir a los hombres en cuanto a lo que respecta a Dios.

El fondo del Escudo es Rojo, simbolizando la sangre de los mártires. El Obispo es imagen de Jesucristo, el Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas. La Cruz al fondo tiene también figura de cayado de pastor.

La Paloma, en colores amarillo y naranja (como de fuego), simboliza al Espíritu Santo, y la “M” en color azul, simboliza a la Santísima Virgen María, a quienes encomienda su ministerio episcopal.

Oremos por el Exmo. Sr. Ob. D. Rafael Martínez Sáinz. Que su ejemplo y dedicación a su ministerio suscite también hoy muchas y santas vocaciones.

¡Hoy, en su Santo, le deseamos muchas Felicidades!

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Los Ángeles son seres especiales, creados por Dios, y están para su servicio. La palabra se deriva del latín "angelus", que a su vez traduce el griego "angelos", significa “mensajero”; por tanto, los ángeles actúan como enviados o mensajeros de Dios.

Dentro de muchas ideologías y culturas (judaísmo, cristianismo, e islamismo), los ángeles son criaturas de protección y símbolo de pureza; a ellos, según se creé, se les ha encomendado la guarda o custodia de una persona concreta, o de una nación. La piedad nos ayuda a creer que estos ángeles, por Gracia de Dios, nos pueden brindar confianza, alegría y seguridad a lo largo de nuestras vidas.

Nuestro cristianismo hunde sus raíces fuertemente en el judaísmo. Por eso, es importante conocer las creencias de nuestros “antepasados en la fe” acerca de este tema en concreto:

Aunque los israelitas eran un pueblo monoteísta (es decir, que creían en un único y verdadero Dios), vivían rodeados de otros pueblos de tradición politeísta (que creían en muchos dioses), y sin duda sus ideologías ejercieron un fuerte influjo sobre los judíos.

Resultó, entonces, muy útil convertir a cualquier ser “divino” en un servidor del único Dios que adoraban, garantizando su “triunfo” por sobre todos estos seres míticos, formando así una “corte celestial”, similar a la de los reyes de su época. Posiblemente por influencia mesopotámica (babilónica), se empezó a representar a estos ángeles con alas; el influjo de la religión mazdeísta (“zoroastrismo”. Año 1700 a.C. aproximadamente), basada en los principios del mal y el bien como explicación de todas las cosas, también contribuyó a configurar los ángeles como parte “del bien”, mientras que las potencias malignas encajaron de modo natural como “ángeles malos” o "ángeles caídos" y, por tanto, servidores del mal. Recordemos que los israelitas fueron exiliados a Babilonia desde el año 597 a. C. hasta el año 538 a. C., y gran parte de sus creencias estuvieron muy influenciadas por sus captores.

Muy pronto se les atribuyó a los ángeles el papel de “intermediarios” entre la divinidad y los seres humanos, posiblemente porque su aspecto característico de “hombres con alas” parecía apropiado para moverse tanto en el ámbito divino como en el terrestre, pero no olvidemos que esta es la forma en que los hombres les representan, puesto que los ángeles son “espíritus invisibles”, y por tanto no se pueden ver…

A lo largo de los siglos, los ángeles, para los judíos, han ido evolucionando: En un principio se los menciona como “seres tan parecidos a varones humanos que podían ser confundidos con ellos”, para ir luego paulatinamente tornándose más espirituales, y cumpliendo funciones más especializadas (como ángeles que solo sirven a la divinidad, ángeles mensajeros, ángeles que castigan, etc.).

Ahora bien, el estudio de la “angelología” cristiana (tratado teológico sobre los ángeles), retomando elementos del judaísmo, y algunos propios, ha subrayado una organización especial de la “Corte angelical celeste”:

La clasificación medieval más influyente fue creada por un autor desconocido, cuyas obras nos han llegado atribuidas a un tal "Dionisio Aeropagita" (le llamamos, por eso, Pseudo - Dionisio Areopagita). El teólogo en cuestión vivió entre los siglos IV y V d. C. (en el Areópago - Grecia) y expuso su doctrina angelológica en un libro titulado “La Jerarquía Celeste”, según el cual los ángeles se dividen en tres grupos, de tres grados cada uno:

* El primero grupo compuesto de Serafines, Querubines y Tronos.

* El segundo, compuesto de Dominaciones, Virtudes y Potestades.

* El tercero, compuesto de Principados, Arcángeles y Ángeles.

Según el tratado, los Serafines están en la cima de la jerarquía y rodean el trono de Dios, son de color rojo y su atributo es el fuego.

Los Querubines simbolizan la sabiduría divina, y son de color azul y oro.

Los Tronos representan la justicia divina y llevan toga (al estilo romano) y bastón de mando.

El segundo grupo es responsable de los elementos naturales y de los cuerpos celestes, las Dominaciones y las Potestades llevan corona y cetro; las Virtudes se refieren a la "Pasión de Cristo", y llevan a veces flores o símbolos marianos.

El tercer grupo establece la relación con la humanidad: Los Principados protegen a las naciones, los Arcángeles son mensajeros de Dios; y los Ángeles protegen a todos los humanos.

La postura oficial de la Iglesia Católica se fijó en el Concilio Provincial del año 745 en la Ciudad de Roma, y lo reafirmó el Concilio de Aquisgrán (Alemania) del año 789, los cuales rechazaron tajantemente el uso de nombres de ángeles, salvo aquellos que explícitamente son citados en la Biblia, y que ahora recordamos: Miguel (“¿Quién como Dios?”), Gabriel (“Varón de Dios”) y Rafael (“Medicina de Dios”), quienes cumplen una encomienda especial, según los designios de Dios: Miguel en su lucha contra las fuerzas del mal, Gabriel anunciando los planes del Señor, y Rafael acompañando y curando a los hombres.

La Iglesia Ortodoxa griega y la Iglesia Ortodoxa copta reverencian, no obstante, también a Uriel (“Luz de Dios”), retomado de algunos pasajes de escritos apócrifos. Pero además existen muchas otras fuentes documentales y tradicionales que se refieren a otros ángeles: Baraquiel (“Bendición de Dios”), Ragüel (“Amigo de Dios”), Sariel (“Mandamiento de Dios”), o Remiel (“Trueno de Dios”).

Una diferencia notable del cristianismo respecto a las demás religiones es que se dispone de un registro abundante de cómo se ha imaginado a los ángeles a través del tiempo: Generalmente se trata casi siempre de niños (por su inocencia), jóvenes varones (atléticos y garbos), o seres asexuados (con rostro y cabellera de mujer, y cuerpo y musculatura de hombre).

En la Edad Media, los ángeles no eran representados de forma aislada, a excepción de algunas obras artísticas donde aparecía San Miguel Arcángel como "Juez de las Almas", en la pintura antigüa flamenca, italiana y española. Es en el Renacimiento (siglos XV y XVI) cuando los ángeles comienzan a ser pintados individualmente, práctica que se extiendió durante casi todo el Barroco (siglos XVII y XVIII). La escuela sevillana de pintura, en especial el autor Francisco de Zurbarán (1598 – 1664) y sus discípulos, contribuyeron también de forma importante a la iconografía de los ángeles. Es preciso destacar también que cuando los conquistadores españoles impusieron la religión católica a los habitantes de América, éstos encontraron en los ángeles unos sustitutos ideales para sus antiguos dioses, por lo que su culto (en ocasiones poco mesurado) llegó a ser muy popular. Más tarde, en el Barroco, aparecen en América (siglos XVII al XIX) los "ángeles arcabuceros", en los que estos seres aparecen representados como “soldados de lujosas ropas holgadas”.

Debemos evitar exageraciones. Actualmente como que se ha ido marcando una especial “euforia angelológica”. Piedad combinada con hechicería, esoterismo, magia o superstición, pretende “manipular” estos seres celestes: Enviarlos a casa, darles de comer, hospedarlos, etc. En pocas palabras, mover a placer a los “guardianes de casa, empresas, ciudades o naciones”.

Escuchemos ahora, en formato de audio, una reseña de los tres Arcángeles que ahora recordamos: Miguel, Gabriel y Rafael:




Sucedió el 28 de septiembre...

Un día como hoy, 28 de septiembre, pero del año 1821, se instaló en México una Junta Provisional de Gobierno que declaró formalmente la Independencia del Imperio de México, elaborando el acta correspondiente.

Para dar fe de este acontecimiento, D. Ramón Gutiérrez del Mazo, primer Jefe Político de la Ciudad de México, ordenó publicar un bando con el Acta de Independencia para que toda la población se entarase de lo acontecido.

He aquí el manuscrito:


Después de tres siglos de dominación española, llegaron al límite las condiciones de desigualdad política, económica y social entre la población, principalmente entre los criollos (españoles nacidos en México). A principios del siglo XIX, se vivía un ambiente de profunda insatisfacción que trató de resolverse primero con juntas y reuniones y al no haber avance en estos sentidos, sobrevino la lucha armada, la cual se inició la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en el pueblo de Dolores, Guanajuato, al llamado del Sr. Cura D. Miguel Hidalgo y Costilla.

Este fue el inicio de la Guerra de Independencia, la cual duró más de una década. El General realista Agustín de Iturbide, unió sus fuerzas con las del General insurgente Vicente Guerrero y proclamaron el Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821, por el que se declara que la Nueva España sería independiente de la Corona Española y de cualquier otra potencia, además se adoptaría como sistema de gobierno una monarquía moderada y se invitaría al Rey hispano para gobernar la nueva nación. El nuevo gobierno sería sostenido por el Ejército de las Tres Garantías (Religión, Independencia y Unión).

Una vez proclamado el Plan de Iguala, arribó a suelo mexicano Don Juan O´ Donojú, representante español, quien reconoció la independencia del nuevo país por medio de la firma de los Tratados de Córdoba. Finalmente el Ejército Trigarante entró a la Ciudad de México el 27 de septiembre, integrándose una Junta Provisional Gubernativa que a su vez formó una Regencia, la cual, el 28 de septiembre de 1821, declaró formalmente la Independencia del Imperio de México, elaborando el acta correspondiente, para dar fe de este significativo acontecimiento...

Dios hace milagros... (Cuento)

"Lo más increíble de los milagros es...
¡Que ocurren!"

(Gilbert Keith Chesterton)




Cuentan que el matemático, físico, filósofo y teólogo francés Blas Pascal quedó de verse con un amigo en la cima de una montaña...

Llegó muy puntual, según la hora acordada, pero su amigo "brillaba por su ausencia".

Minuto tras minuto estuvo allí, hasta que comenzó a desesperarse, porque su amigo no pasaba por ser un hombre irresponsable e impuntual. Temiendo algún percance, se aferró a su cabalgadura, y continuó esperando.

Después de tiempo considerable, llegó su amigo, todo polvoriento, sudando, respirando muy apresuradamente y con la ropa deshecha... Entonces, le dijo a Pascal:

"Amigo... ¡No sabes el milagro tan grande que Dios acaba de realizar conmigo! Venía yo, puntualmente, a nuestra cita, subiendo esta montaña, cuando de pronto mi caballo, el mismo que ahora ves, tropezó en un rescoldo del camino y poco faltó para que ambos cayéramos al precipicio... Por gracia divina pude aferrarme a una raíz, y con mucho esfuerzo logré salvarme y salvar a mi animal".

Pascal quedó un momento breve en silencio, y con voz muy queda, evidenciando sus pensamientos, dijo:

"¡Y qué milagro más grande me hizo Dios a mí... ni siquiera caí de mi caballo...!"

* * * *

Los milagros son obras de poder con las que Dios nos socorre constantemente. Estos actos cumplen un doble fin: Provocar la admiración y avivar la fe.

Siempre esperamos que los milagros sean portentosos, extravagantes, poco comúnes... y por tal motivo "nos perdemos" la oportunidad de presenciarlos más a menudo.

Cuando Jesús hacía sus milagros, no todos los hombres comprendían el poder y la mano de Dios, allí, presente entre ellos, y actuando a su favor... Es cierto, algunos se maravillaban, glorificaban a Dios y creían en Él... pero otros, indignados, se ponían de acuerdo para acusarlo y llevarlo a suplicio.

Dios sigue haciendo milagros, sólo que no siempre nos damos cuenta de ello:

- ¿No es un milagro, acaso, tener vida, salud, un lugar donde descansar, familia, amigos... trabajo?
- ¿No es un milagro poder ver, andar, o reír?
- ¿No es un milagro tener a alguien que nos escuche, nos ame y nos ayude a vivir?

Quien en estas cosas no ve una acción de poder, dificultosamente podrá admirarse y creer en Dios...

Un mismo evento podrá hacer que un creyente se admire y glorifique a Dios, pero para el que no tiene fe... cualquier respuesta le parecerá adecuada a sus interrogantes cotidianas...


Honor... a quien Honor merece

En memoria del padre de uno de nuestros más cercanos colaboradores:

Estoy seguro que muchos de nosotros pensamos en lo “absurda” que es la vida, en lo frágil y caduca que aparece la existencia humana. Quizás nos hemos rebelado contra Dios y le gritamos que con qué derecho viene a quitarnos a los seres que más amamos, que todo esto es injusto…

Y… quizás, sólo quizás, tengamos algo de razón: La vida, esta vida incierta que estamos construyendo “sobre arena”, esta vida que los medios de comunicación nos está programando NO TIENE SENTIDO, es un completo absurdo… Esta vida, no sé si merezca la pena vivirla; así, como la estamos viviendo o como nos la están haciendo vivir.

Y… ¿qué es la vida, sino un misterio, un don, un mundo por descubrir?

Nuestro orgullo… nuestro “infantilismo humano”… ¿Qué ha hecho de la vida?

La ciencia, el “progreso”, o el “estar a la moda”, nos han hecho altaneros, soberbios, y creemos que no puede existir nada que se nos resista, que somos los dueños de todo…

Sin embargo, es triste que lleguen, tarde o temprano, estos trágicos momentos. ¿Dios es el culpable? No, y sería injusto pensar que Él ha querido o permitido este u otros eventos dolorosos de nuestra existencia.

La vida humana, en sí misma, es hermosa, tiene sentido, no es un absurdo, ni un “capricho” de Dios… Estar 70, 80 o 100 años en este mundo debería ser, para cualquier persona, una gracia inmerecida, y aprovecharla está en nuestras manos…

El absurdo que cometemos radica, más bien, en invertir nuestro tiempo, nuestro dinero y nuestro esfuerzo, en mera banalidad, en armas, en técnica, en “moda”… ¿Qué estamos haciendo por la persona, por la vida? Este es el absurdo que estamos viviendo, y contra esto habría que rebelarse, como lo hizo Jesús.

La vida de Cristo tuvo sentido, y su muerte también. Así, con este bendito ejemplo, la vida y la muerte de cada uno de nosotros “valdría la pena”.

Sr. Gonzalo Carrillo

Descanse en paz

¡Gracias a Ti!

¡Y vamos por más...!

San Pío de Pietrelcina

"Reza, ten fe y no te preocupes..."
(San Pío de Pietrelcina)



El día de hoy, 23 de septiembre, recordamos a San Pío de Pietrelcina. He aquí, en archivo de audio, una breve biografía suya. Que su ejemplo nos motive a orar, a orar mucho, y a confiar siempre en el Señor.



¡ATENTO AVISO!


Para ver la información en tamaño completo, haz click sobre la imagen.

Curso de Inducción para Coordinadores de Catequesis

Queridos Catequistas:

Cuando nacemos, necesitamos de alguien que nos enseñe a comer, a caminar, a vestirnos... Poco a poco, mientras crecemos, vamos aprendiendo; después, incluso, podemos hacer ya cosas por nosotros mismos, pero hasta que llegue ese momento, son necesarios los consejos y las enseñanzas de quienes nos aventajan en el camino de la vida.

Algo muy parecido acontece con la Coordinación de la Catequesis. Nadie "nace" sabiendo cómo llevar a cabo este servicio. Es cierto que algunos "se lanzan" a desempeñar su compromiso "a la buena de Dios", y hasta "aprenden echando a perder"....

La Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis, a través de su Departamento de Animación Territorial, invita a todos los que han sido propuestos en su Parroquia, Decanato o Vicaría, para desempeñar el cargo de Coordinador, a recibir un Curso apropiado de Inducción.

No falten, los esperamos. La asistencia ha sido poca. Queremos pedirles que aprovechen este medio para desempeñar su cargo lo mejor posible:




Beatificación del Card. John Henry Newman

El Papa Benedicto XVI beatificó, dentro de la Agenda de su viaje apostólico al Reino Unido, al Card. John Henry Newman.



¿Quién fue este gran Pastor de nuestro tiempo?

John Henry Newman fue uno de los más grandes intelectuales cristianos del siglo XIX.

Nació en 1801 en Londres. En búsqueda de espiritualidad desde su adolescencia, estudió teología en la Universidad de Oxford, donde también enseñó durante un tiempo, y se convirtió en pastor anglicano.

Lideró el Movimiento de Oxford, que buscaba las raíces católicas de la fe en Inglaterra. En 1842, mientras escribía su "Ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina Cristiana" maduró su conversión al catolicismo.

Fue admitido en la Iglesia Católica en 1845 y se ordenó sacerdote católico el 1 de junio de 1847 en Roma. Tras la ordenación sacerdotal, alentado por el Papa Pío IX, fundó el primer Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra.

En 1851 fue nombrado rector de la Universidad Católica de Dublín, cargo que ejerció hasta 1854. El Papa León XIII le creó cardenal en 1879.

Falleció el 11 de agosto de 1890 en el Oratorio de Edgbaston.

Su proceso de beatificación comenzó en 1958 y Benedicto XVI aprobó en julio de 2009 el milagro que reconoce a Newman la intercesión por la curación del diácono Jack Sullivan, aquejado de una grave enfermedad en la columna vertebral.

El Santo Padre en el Reino Unido...

El Papa Benedicto XVI realizó un viaje apostólico al Reino Unido desde el 16 al 19 de septiembre. Presentamos el Discurso que emitió en la Ceremonia de su despedida:



VIAJE APOSTÓLICO AL REINO UNIDO
(16-19 DE SEPTIEMBRE DE 2010)

CEREMONIA DE DESPEDIDA

DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Aeropuerto internacional de Birmingham
Domingo 19 de septiembre de 2010

Señor Primer Ministro:

Le agradezco sus cordiales palabras de despedida en nombre del Gobierno de Su Majestad y del pueblo del Reino Unido. Estoy muy agradecido por el intenso trabajo de preparación, tanto del Gobierno actual como del precedente, del servicio civil, de las autoridades locales y la policía, y de los numerosos voluntarios que pacientemente han ayudado a preparar los eventos de estos cuatro días. Gracias por vuestra calurosa acogida y por la hospitalidad que me habéis dispensado.

En el tiempo que he estado con vosotros, he encontrado a representantes de muchas comunidades, culturas, lenguas y religiones que componen la sociedad Británica. La gran diversidad de la moderna Gran Bretaña es un desafío para su Gobierno y su pueblo, pero también representa una gran oportunidad de mayor diálogo intercultural e interreligioso que enriquecerá a toda la comunidad.

En estos días, he agradecido la oportunidad de encontrarme con Su Majestad la Reina, así como con usted y otros líderes políticos, y hablar sobre cuestiones de mutuo interés, tanto internas como externas. Me he sentido particularmente honrado al recibir la invitación para dirigirme a las dos Cámaras del Parlamento en el histórico recinto de Westminster Hall. Deseo sinceramente que estos encuentros contribuyan a confirmar y fortalecer las excelentes relaciones entre la Santa Sede y el Reino Unido, especialmente en la cooperación para el desarrollo internacional, el cuidado del medio ambiente y la construcción de una sociedad civil con un renovado sentido de valores compartidos y metas comunes.

Fue asimismo una satisfacción visitar a Su Gracia, el Arzobispo de Canterbury, y a los Obispos de la Iglesia de Inglaterra, orando posteriormente con ellos y nuestros hermanos cristianos en los sugerentes alrededores de la Abadía de Westminster, un lugar que habla con mucha elocuencia de las tradiciones y cultura que compartimos. Puesto que Gran Bretaña acoge a muchas tradiciones religiosas, he agradecido la oportunidad de encontrar a sus representantes y compartir con ellos algunas ideas acerca de la contribución que las religiones pueden ofrecer al desarrollo de una sana sociedad plural.

Naturalmente, mi visita ha estado dirigida de un modo especial a los católicos del Reino Unido. Aprecio muchísimo el tiempo que he pasado con los Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, y con los profesores, alumnos y personas mayores. Ha sido especialmente conmovedor celebrar con ellos, aquí en Birmingham, la beatificación de un gran hijo de Inglaterra, el Cardenal John Henry Newman. Estoy convencido de que, con su vasto legado de escritos académicos y espirituales, tiene todavía mucho que enseñarnos sobre la vida y el testimonio cristiano en medio de los desafíos del mundo actual, desafíos que él previó con sorprendente claridad.

Al despedirme de vosotros, os aseguro una vez más mis mejores deseos y oraciones por la paz y prosperidad de Gran Bretaña. Muchísimas gracias y que Dios os bendiga a todos.


Cyberbullyng... (Acoso por Internet)

Queridos Catequistas: El fenómeno del Cyberbullyng (Acoso por Internet), no está lejos de nosotros, es más común de lo que pensamos...


Con el acceso cada vez más libre a las comunicaciones y a la información y pericia que nuestros niños y adolescentes tienen sobre los medios, ha crecido enormemente.

Es "normal" que en México los menores tengan ya su teléfono celular, o una cámara fotográfica (o de video), y en sus casas una computadora conectada a Internet...

Cuando esto no es "posible", basta con que nuestros niños salgan a la calle y consigan fácilmente "una hora" de Internet en los "Cyber", o pidan prestado "por un momento" el celular de sus compañeros para grabar y enviar (casi gratuitamente) un "pequeño video" a su cuenta de correo electrónico, y después, con más calma, editar (si es el caso), y subir "lo que sea"...

El fenómeno que queremos explicar es grande y grave. Catequistas: ¡Muy alertas! Les presentamos algunos de los actos más directos de acoso por Internet:

1. Mensajes de acoso desde mensajería instantánea electrónica: Chat´s, Messenger, Skype, etc., usando pseudónimos o alardeardo la propia identidad para ganar "respeto", abusando de los niños más débiles.
2. Robar contraseñas de correo electrónico, o de usuarios web.
3. Comentarios ofensivos en Blogs, o Sitios web.
4. Envío de imágenes deshonestas (pornografía), o violentas, a través de email o de teléfonos móviles.
5. Encuestas en Internet, difamando, hiriendo o insultando a algún menor.
6. Juegos interactivos, involucrando el nombre o la identidad de una víctima.
7. Envío de códigos maliciosos, o virus, a la cuenta o páginas de un acosado.
8. Crear cuentas o páginas a nombre de terceros, e intimidarlos con publicar en ellas cosas deshonestas, o cometer a nombre del acosado actos delictivos.
9. Golpear a un menor mientras alguien más lo graba, para subir el video después a la web.
10. Amenazar con publicar imágenes, audios o videos "comprometedores".

Si esto ya es grave, es muy fácil saltar del Cyberbullyng (acoso por Internet de menores), al Cyberstalking (acoso por Internet donde se ve involucrado un adulto), intentando atraer a menores para encuentros o delitos sexuales...

Es cierto que la gran mayoría de estos actos se hacen "al margen" de la Casa, la Escuela o el Catecismo, donde los padres de familia, los educadores o los catequistas pueden estar al tanto de los actos de sus hijos, alumnos o catequizandos... ¿Qué hacer?

- Manterse y mantener suficientemente informados a los niños de estos y otros peligros.
- Hay que ayudar a crear en los menores un ambiente de fraternidad, y apoyarlos para que sus palabras y acciones sean abiertas y sinceras.
- Ayudarlos a que puedan expresar libremente su sentir respecto a los individuos y al grupo.
- Finalmente, que puedan experimentar la confianza necesaria para advertir o señalar "a tiempo" alguna anomalía en el trato con sus compañeros.

Recordemos las enseñanzas de Nuestro Señor:

"Sean astutos, como serpientes; y mansos, como palomas..."
(Mt 10, 16)

Para saber más del tema, los invitamos a entrar aquí.


Héroes Verdaderos...

"¿Por qué recurrir a héroes de ficción cuando estos existen en la historia de México?"

Esta es la premisa del filme animado "Héroes Verdaderos", cinta pensada para estrenarse durante este mes de septiembre en nuestra Patria.

La historia de México y de algunos de sus personajes como José María Morelos y Pavón, Miguel Hidalgo y Costilla, Josefa Ortiz de Domínguez, e Ignacio Allende, ha sido plasmada a lo largo de 90 minutos de animación, a partir de un guión de Riley Roca y Carlos Kuri, por la cadena "Quality Films".

Se diseñaron a los personajes de forma que evoquen en los niños un sentimiento de admiración similar al que experimentan cuando ven en la pantalla a figuras heroicas ficticias... sólo que aquí no hay súper poderes: Estos héroes inspiran por su autenticidad y veracidad, son hombres y mujeres sacados "de la vida real".

Víctor Trujillo, Jorge Lavat, Jacqueline Andere, Galilea Montijo, Kalimba, Sandra Echeverría, Carlos Rivera, Lisset, Lisardo, Humberto Vélez y Raúl Carballeda, prestan su voz a los protagonistas de la película, que combina hechos históricos con un toque de fantasía sin caer en la ficción.

La trama presenta a cinco jóvenes (un criollo, tres indígenas y un mestizo) que se ven involucrados en el movimiento de Independencia de México. A través de sus ojos y de las aventuras presentadas, son conocidos los personajes históricos, la conspiración de Querétaro, el grito de Dolores y las campañas de Hidalgo, Allende y Morelos, hasta llegar a la culminación del movimiento de Independencia.

He aquí el trailer de la película:



El tema musical del filme está a cargo de la voz de Emmanuel, un artista mexicano que ha empatizado bastante con nuestra cultura, y que desde el enorme éxito que tuvo al interpretar "la Guadalupana" junto a su hijo Alexander Acha, el mundo hispano se dio cuenta de que la dupla promete: Alexander es el autor de la letra de la banda sonora, y se masterizó en Los Ángeles, California.

"Héroes verdaderos" es uno de los estrenos más esperados por la audición mexicana, ya que, embebidos de los festejos patrios, y acordes al bicentenario del inicio de la Independecia, no nos vendría mal reflexionar un poco en la historia: Aprender de nuestros errores, y luchar por vivir la libertad ante cualquier presión, interna o externa, material o espiritual...

Himno Nacional Mexicano (Instrumental, con letra)

Podría parecer que nada tiene qué hacer el Himno Nacional Mexicano en un Blog de la Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis... pero no es así.

Las páginas de nuestra historia están llenas del heroísmo de hombres y mujeres que han ofrendado su vida por la Patria. Incluso hoy seguimos constatando esos actos sublimes de aquellos que hacen de México un País mejor.

La Patria, más que un territorio, la conforman aquellos que en ella viven. El amor a la Patria es un valor cívico que se aprende en la familia, al que se le da crecimiento en las escuelas, y al que se da fruto en la madurez, cuando somos pesonas útiles, productivas y responsables en la sociedad.

Amamos a la Patria...

- Si amamos y respetamos a nuestra familia.
- Si nos unimos a nuestros vecinos para buscar el bien común.
- Si colaboramos para hacer más digno el barrio donde vivimos.
- Si amamos nuestro pueblo o nuestra ciudad.
- Si nos interesamos por lo que pasa en nuestro País.
- Si conocemos nuestra historia.
- Si nos sentimos orgullosos de nuestra cultura y tratamos de conservarla y darla a conocer.
- Si cumplimos con responsabilidad lo que nos toca hacer, en bien común.
- Si somos respetuosos de nuestros símbolos patrios y si participamos con respeto en nuestras ceremonias cívicas...

Celebrando el Bicentenario del Inicio de nuestra Independencia, cantemos con orgullo nuestro Himno Nacional, y hagamos lo posible por vivir, realmente, en una Nación libre y soberana...




Mensaje del Papa sobre la Jornada Mundial de las Misiones 2010


MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2010

La construcción de la comunión eclesial
es la clave de la misión

Queridos hermanos y hermanas:

El mes de octubre, con la celebración de la Jornada mundial de las misiones, ofrece a las comunidades diocesanas y parroquiales, a los institutos de vida consagrada, a los movimientos eclesiales y a todo el pueblo de Dios, la ocasión para renovar el compromiso de anunciar el Evangelio y dar a las actividades pastorales una dimensión misionera más amplia. Esta cita anual nos invita a vivir intensamente los itinerarios litúrgicos y catequéticos, caritativos y culturales, mediante los cuales Jesucristo nos convoca a la mesa de su Palabra y de la Eucaristía, para gustar el don de su presencia, formarnos en su escuela y vivir cada vez más conscientemente unidos a él, Maestro y Señor. Él mismo nos dice: "El que me ame, será amado de mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él" (Jn 14, 21). Sólo a partir de este encuentro con el Amor de Dios, que cambia la existencia, podemos vivir en comunión con él y entre nosotros, y ofrecer a los hermanos un testimonio creíble, dando razón de nuestra esperanza (cf. 1 P 3, 15). Una fe adulta, capaz de abandonarse totalmente a Dios con actitud filial, alimentada por la oración, por la meditación de la Palabra de Dios y por el estudio de las verdades de fe, es condición para poder promover un humanismo nuevo, fundado en el Evangelio de Jesús.

En octubre, además, en muchos países se reanudan las diversas actividades eclesiales tras la pausa del verano, y la Iglesia nos invita a aprender de María, mediante el rezo del santo rosario, a contemplar el proyecto de amor del Padre sobre la humanidad, para amarla como él la ama. ¿No es este también el sentido de la misión?

El Padre, en efecto, nos llama a ser hijos amados en su Hijo, el Amado, y a reconocernos todos hermanos en él, don de salvación para la humanidad dividida por la discordia y por el pecado, y revelador del verdadero rostro del Dios que "tanto amó al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).

"Queremos ver a Jesús" (Jn 12, 21) es la petición que, en el Evangelio de san Juan, algunos griegos, llegados a Jerusalén para la peregrinación pascual, presentan al apóstol Felipe. Esa misma petición resuena también en nuestro corazón durante este mes de octubre, que nos recuerda cómo el compromiso y la tarea del anuncio evangélico compete a toda la Iglesia, "misionera por naturaleza" (Ad gentes, 2), y nos invita a hacernos promotores de la novedad de vida, hecha de relaciones auténticas, en comunidades fundadas en el Evangelio. En una sociedad multiétnica que experimenta cada vez más formas de soledad y de indiferencia preocupantes, los cristianos deben aprender a ofrecer signos de esperanza y a ser hermanos universales, cultivando los grandes ideales que transforman la historia y, sin falsas ilusiones o miedos inútiles, comprometerse a hacer del planeta la casa de todos los pueblos.

Como los peregrinos griegos de hace dos mil años, también los hombres de nuestro tiempo, quizás no siempre de modo consciente, piden a los creyentes no sólo que "hablen" de Jesús, sino que también "hagan ver" a Jesús, que hagan resplandecer el rostro del Redentor en todos los rincones de la tierra ante las generaciones del nuevo milenio y, especialmente, ante los jóvenes de todos los continentes, destinatarios privilegiados y sujetos del anuncio evangélico. Estos deben percibir que los cristianos llevan la palabra de Cristo porque él es la Verdad, porque han encontrado en él el sentido, la verdad para su vida.

Estas consideraciones remiten al mandato misionero que han recibido todos los bautizados y la Iglesia entera, pero que no puede realizarse de manera creíble sin una profunda conversión personal, comunitaria y pastoral. De hecho, la conciencia de la llamada a anunciar el Evangelio estimula no sólo a cada uno de los fieles, sino también a todas las comunidades diocesanas y parroquiales a una renovación integral y a abrirse cada vez más a la cooperación misionera entre las Iglesias, para promover el anuncio del Evangelio en el corazón de toda persona, de todos los pueblos, culturas, razas, nacionalidades, en todas las latitudes. Esta conciencia se alimenta a través de la obra de sacerdotes fidei donum, de consagrados, catequistas, laicos misioneros, en una búsqueda constante de promover la comunión eclesial, de modo que también el fenómeno de la "interculturalidad" pueda integrarse en un modelo de unidad en el que el Evangelio sea fermento de libertad y de progreso, fuente de fraternidad, de humildad y de paz (cf. Ad gentes, 8). La Iglesia, de hecho, "es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (Lumen gentium, 1).

La comunión eclesial nace del encuentro con el Hijo de Dios, Jesucristo, que en el anuncio de la Iglesia llega a los hombres y crea la comunión con él mismo y, por tanto, con el Padre y el Espíritu Santo (cf. 1 Jn 1, 3). Cristo establece la nueva relación entre Dios y el hombre. "Él mismo nos revela que "Dios es amor" (1 Jn 4, 8) y al mismo tiempo nos enseña que la ley fundamental de la perfección humana, y por ello de la transformación del mundo, es el mandamiento nuevo del amor. Así pues, a los que creen en la caridad divina, les da la certeza de que el camino del amor está abierto a todos los hombres y de que no es inútil el esfuerzo por instaurar la fraternidad universal" (Gaudium et spes, 38).

La Iglesia se convierte en "comunión" a partir de la Eucaristía, en la que Cristo, presente en el pan y en el vino, con su sacrificio de amor edifica a la Iglesia como su cuerpo, uniéndonos al Dios uno y trino y entre nosotros (cf. 1 Co 10, 16 ss). En la exhortación apostólica Sacramentum caritatis escribí: "No podemos guardar para nosotros el amor que celebramos en el Sacramento. Este amor exige por su naturaleza que sea comunicado a todos. Lo que el mundo necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en él" (n. 84). Por esta razón la Eucaristía no sólo es fuente y culmen de la vida de la Iglesia, sino también de su misión: "Una Iglesia auténticamente eucarística es una Iglesia misionera" (ib.), capaz de llevar a todos a la comunión con Dios, anunciando con convicción: "Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros" (1 Jn 1, 3).

Queridos hermanos, en esta Jornada mundial de las misiones, en la que la mirada del corazón se dilata por los inmensos ámbitos de la misión, sintámonos todos protagonistas del compromiso de la Iglesia de anunciar el Evangelio. El impulso misionero siempre ha sido signo de vitalidad para nuestras Iglesias (cf. Redemptoris missio, 2) y su cooperación es testimonio singular de unidad, de fraternidad y de solidaridad, que hace creíbles anunciadores del Amor que salva.

Renuevo a todos, por tanto, la invitación a la oración y, a pesar de las dificultades económicas, al compromiso de ayuda fraterna y concreta para sostener a las Iglesias jóvenes. Este gesto de amor y de compartir, que el valioso servicio de las Obras misionales pontificias, a las que expreso mi gratitud, proveerá a distribuir, sostendrá la formación de sacerdotes, seminaristas y catequistas en las tierras de misión más lejanas y animará a las comunidades eclesiales jóvenes.

Al concluir el mensaje anual para la Jornada mundial de las misiones, deseo expresar con particular afecto mi agradecimiento a los misioneros y a las misioneras, que dan testimonio en los lugares más lejanos y difíciles, a menudo también con la vida, de la llegada del reino de Dios. A ellos, que representan las vanguardias del anuncio del Evangelio, se dirige la amistad, la cercanía y el apoyo de todos los creyentes. "Dios, (que) ama a quien da con alegría" (2 Co 9, 7), los colme de fervor espiritual y de profunda alegría.

Como el "sí" de María, toda respuesta generosa de la comunidad eclesial a la invitación divina al amor a los hermanos suscitará una nueva maternidad apostólica y eclesial (cf. Ga 4, 4. 19.26), que dejándose sorprender por el misterio de Dios amor, el cual "al llegar la plenitud de los tiempos, envió (...) a su Hijo, nacido de mujer" (Ga 4, 4), dará confianza y audacia a nuevos apóstoles. Esta respuesta hará a todos los creyentes capaces de estar "alegres en la esperanza" (Rm 12, 12) al realizar el proyecto de Dios, que quiere "que todo el género humano forme un único pueblo de Dios, se una en un único cuerpo de Cristo, se coedifique en un único templo del Espíritu Santo" (Ad gentes, 7).

Vaticano, 6 de febrero de 2010

BENEDICTUS PP. XVI