San Lucas: El Portador de la luz


La liturgia del día de hoy nos invita a recordar la memoria de uno de los más grandes catequistas, evangelistas e historiadores de la primitiva comunidad cristiana: San Lucas.

Pese a que nunca conoció a Jesús personalmente, con el testimonio de San Pablo y su deseo sincero de encontrarse con la Verdad, fue evangelizado y se lanzó a la Misión acompañando al Apóstol de los gentiles, como compañero de viaje, como médico "de cabecera", y plasmando las aventuras que el Espíritu Santo les tenía reservadas en cada comunidad que visitaban, hasta llegar a la Gran Capital del Imperio Romano.

Se creé que es el autor del Evangelio que lleva su nombre, una Buena Noticia de Misericordia y de perdón. Así mismo, se le atribuye la autoría de los Hechos de los Apóstoles, como continuación de su Evangelio, dirigido en "Teófilo" a todo "amado por Dios"...

Siendo el evangelista que más nos habla sobre la Virgen María, escribe para el mundo gentil. Resaltan en su Evangelio el aspecto universal de la redención; la predicación a todas las naciones, comenzando por Jerusalén; los peligros de la legislación judía; la atención preferente hacia los pobres, los pecadores y los arrepentidos; y finalmente, la importancia de la oración.

La Iconografía lo representa acompañado de un toro, uno de los "Seres que acompañan el Trono del Cordero" (Ver Ap 4, 7), ya que inicia su Evangelio con los sacrificios que se hacían en el Templo de Jerusalén.

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Que el ejemplo de San Lucas, gran catequista y evangelizador misionero, nos impulse a comunicar la Palabra de Dios, con nuestras palabras y con nuestro ejemplo.

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