La Exaltación de la Santa Cruz


La Fiesta que hoy celebramos se hace en recuerdo de la recuperación de la Santa Cruz obtenida en el año 614 por el Emperador Bizantino Heraclio (575 - 641), quien logró rescatarla del dominio Persa, luego de que fuese robada de Jerusalén.

Al llegar de nuevo a Tierra Santa, el Emperador dispuso acompañarla solemnemente con una procesión, vestido con todos sus lujosos ornamentos reales, pero... sin éxito. El Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le hizo saber que tanta "pompa" desdecía la humildad de la cruz y del sufrimiento de Cristo... Entonces, el Emperador se despojó de los lujos y, descalzo, recorrió las calles de Jerusalén en piadosa procesión.

Con el fin de evitar futuros robos, la Cruz fue partida en pedazos... Uno fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, un tercero quedó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén y, el resto, fue reducido a pequeñísimas astillas, con la intención de repartirlas en diversas Iglesias del mundo entero... Estas reliquias recibieron el nominativo de "Veracruz" (astillas extraídas de la "Verdadera cruz").

Para nosotros, la Cruz es importante, ya que en ella murió nuestro Redentor y, lo que a simple vista pareciera sólo un instrumento de muerte, se convirtió para nosotros en Árbol de vida... El Evangelio que hoy se proclama, según San Juan, nos dice: "Así como Moisés elevó la serpiente de bronce, para que aquellos que la vieran no experimentaran la muerte, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo aquel que crea en Él tenga la vida eterna"... Mirémosla, pues, con devoción, y reconozcamos que ella es necesaria... para llegar a la gloria...

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