Textos del Proceso Diocesano de Formación de Catequistas


"El Señor los llamó... para que estuvieran con Él
y para enviarlos a predicar"

(Mc 3, 13 - 15)

Queridos hermanos a quienes Dios ha llamado amorosamente a ser catequistas.

Jesucristo, el Hijo de Dios, quiso asociar a los hombres de su tiempo al cumplimiento de la obra de Salvación que Dios Padre le había encomendado. Eligió a unos cuantos, personas ordinarias, para llevar a cabo esta noble tarea.

Jesús, al mirar "lo que eran", vio en ellos "lo que podían llegar a ser", los tomó consigo, les fue instruyendo poco a poco y, después de formarlos seria y pausadamente, los envió a compartir con los demás la Buena Nueva de Salvación.

En la actualidad, la obra iniciada por Jesús hace más de dos mil años, continúa gracias a la acción del Espíritu Santo en los hombres y mujeres que se comprometen de una forma sencilla, pero real, a formarse, para comunicar a los demás el Evangelio y compartir con ellos su experiencia de Dios.

Hoy, Dios ha puesto su mirada en ustedes; con agrado ha visto "lo que pueden llegar a ser" y los invita cariñosamente a servir a sus hermanos como catequistas.

La Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis (SEDEC), compartiendo con ustedes esta misión, pone en sus manos los textos del Proceso Diocesano de Formación de Catequistas, que bajo el nombre de "Ser catequista es un privilegio y un compromiso", ofrece un itinerario formativo que, respondiendo a los diversos momentos de su vida como catequistas, comprende: Un curso de iniciación, un nivel básico y un nivel medio de formación.

Los distintos contenidos que abordan, brindan al catequista la oportunidad de crecer como persona, como creyente y como discípulo - misionero de Jesucristo. La temática de cada sesión se aborda en un lenguaje motivacional y propositivo, buscando entusiasmarles en el camino de su vocación.

Este itinerario puede llevarse a la práctica bajo diversas modalidades, ya sea en cursos de verano, semanalmente a lo largo del año, en varias semanas intensivas..., en fin, como cada comunidad lo considere más conveniente.

Que la Santísima Virgen María les alcance, del Padre Bueno del Cielo, todas las gracias que necesitan para llevar a cabo su misión, descubriendo cada día que, ser catequista, es un privilegio y un compromiso de fe...


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