Sería imposible no hablar de este hombre que, viviendo heroicamente las virtudes, ha sido proclamado Santo y Patrono de los Catequistas.
Su verdadero de nacimiento fue Giuseppe Melchiorre Sarto, el segundo de diez hijos de un matrimonio modesto y religioso: Don Giovanni Battista Sarto y Margarita Sanson.Fue bautizado el 3 de junio de 1835.
Sus primeros estudios los realizó en su tierra natal. Hacia 1846 ingresó al Liceo Classico de Castelfranco Véneto, y en 1850 ingresó al seminario de Padua.
El 18 de septiembre de 1858 fue ordenado sacerdote. Párroco de Tombolo (Treviso) y más tarde Archipreste y Canónigo de la Catedral.
En 1884 fue nombrado Obispo de Mantua por el Papa León XIII, y a los pocos días fue consagrado Vicario General de Roma. En 1893 fue hecho Cardenal y rápidamente fue nombrado Patriarca de Venecia.
Tras la muerte del Papa León XIII, fue declarado Pontífice el 4 de agosto de 1903.
Puede considerarse un Papa de "mano firme", y su lema podría resumirse en "restaurar todo con Cristo". Fue un Pontífice interesadísimo en las cuestiones bíblicas y teológicas. Introdujo grandes reformas en la liturgia y a él le debemos que los niños pudieran acercarse a comulgar frecuentemente. Promovió el estudio del catecismo y ordenó la confección del Código de Derecho Canónico.
Falleció el 20 de agosto de 1914, y fue enterrado en las grutas vaticanas. En 1951 sus restos incorruptos fueron exumados y colocados en la Basílica de San Pedro.
Tras comprobar sus virtudes y como ejemplo de nuestra Iglesia, fue canonizado en 1954, apenas tres años después de su muerte.