El pasado domingo 3 de abril celebramos en nuestra Arquidiócesis de Guadalajara el "Día del Seminario".
Hoy, presentamos un breve mensaje de Mons. Miguel Romano Gómez, Obispo Auxiliar de Guadalajara y Rector de nuestro Seminario, así como una gráfica ilustrativa que nos puede ayudar para concientizarnos y pedir al Señor sanas, sabias y santas vocaciones sacerdotales.
Hermanos en Cristo:
Gracia y paz a ustedes. Hemos celebrado el día de nuestro Seminario, jornada bendita que nos permite incrementar la comunión entre la comunidad católica y el Seminario, educador de los futuros sacerdotes.
En el Seminario se educa en el arte de la meditación y de la oración, en el estudio de las verdades reveladas por Dios, procurando conocerlas y vivirlas en lo personal y en lo comunitario; se educa en la tarea de transmitir y de nutrir la fe del pueblo de Dios, a través de un entusiasta apostolado. Se forma en la virilidad, en la veracidad, en la fidelidad, en la fortaleza y en la caridad.
El Seminario de Guadalajara, en su fecunda existencia, trabaja por una espiritualidad de comunión, donde se vaya gestando una genuina comunidad. Todo esto supone la gracia de contar con la oración de Cristo, nuestro Redentor, así como "el trabajar en la propia conversión siempre tan necesaria, en la humildad, la penitencia, la alegría y la mortificación, el perdón recíproco y el mutuo apoyo" (Benedicto XVI).
En esta casa de formación sacerdotal queremos asumir las tareas que engendra la gracia de la vocación al sacerdocio ministerial en verdadera amistad con la divina persona de Cristo, sin apartar la mirada de la experiencia y de la enseñanza de los santos, en particular de los Padres de la Iglesia, y los mártires que se formaron en esta casa de la Iglesia.
Formador y formando, en el diario encuentro, encuentran las energías espirituales para vencer la rutina, para apasionarse por la verdad, para practicar diligentemente la caridad, para anticipar, de algún modo, en el tiempo, el gozo propio de la eternidad.
Vivimos atentos a las necesidades de la sociedad y de la humanidad, advirtiendo las causas y ofreciendo soluciones, no olvidamos ni olvidaremos que la mejor aportación del Seminario a la Iglesia y a la sociedad son sacerdotes santos: "Si hay sacerdotes santos, el pueblo será piadoso; si hay sacerdotes sólo piadosos, el pueblo terminará en la corrupción" (Santo Cura de Ars).
Formadores y alumnos de su Seminario, el Seminario Diocesano de Guadalajara, queremos manifestar nuestra sincera gratitud a quienes material y espiritualmente nos acompañaron y apoyaron.
Les pedimos que sigan orando a Dios para que no falte generosidad en los jóvenes en quienes el Señor Jesús ha sembrado la semilla de la vocación al sacerdocio. A los sacerdotes les agradecemos su ejemplar ministerio, su conducta evangélicamente coherente, su aprecio, su comprensión y su oración: "Donde hay un buen sacerdote no faltan las vocaciones sacerdotales; si el sacerdote vive bien, no faltarán nuevos sacerdotes" (Beato John Henry Newman).
Que la próxima beatificación del recordado y venerado Juan Pablo II sea un vigoroso estímulo para la pastoral vocacional sacerdotal.
Igualmente, les compartimos nuestro compromiso de orar diarimente por el Papa Benedicto XVI, quien celebrará 60 años de su ordenación sacerdotal el 29 de junio del presente año; asimismo encomendamos a cada uno de ustedes, su familia, sus proyectos y necesidades.
Que María Santísima, San José y los Santos mártires nos alcancen de Cristo Jesús la gracia de tener abundantes santos seminaristas, promesa de un renovado y apostólico presbiterio.
Que Dios les pague.
Hoy, presentamos un breve mensaje de Mons. Miguel Romano Gómez, Obispo Auxiliar de Guadalajara y Rector de nuestro Seminario, así como una gráfica ilustrativa que nos puede ayudar para concientizarnos y pedir al Señor sanas, sabias y santas vocaciones sacerdotales.
Hermanos en Cristo:
Gracia y paz a ustedes. Hemos celebrado el día de nuestro Seminario, jornada bendita que nos permite incrementar la comunión entre la comunidad católica y el Seminario, educador de los futuros sacerdotes.
En el Seminario se educa en el arte de la meditación y de la oración, en el estudio de las verdades reveladas por Dios, procurando conocerlas y vivirlas en lo personal y en lo comunitario; se educa en la tarea de transmitir y de nutrir la fe del pueblo de Dios, a través de un entusiasta apostolado. Se forma en la virilidad, en la veracidad, en la fidelidad, en la fortaleza y en la caridad.
El Seminario de Guadalajara, en su fecunda existencia, trabaja por una espiritualidad de comunión, donde se vaya gestando una genuina comunidad. Todo esto supone la gracia de contar con la oración de Cristo, nuestro Redentor, así como "el trabajar en la propia conversión siempre tan necesaria, en la humildad, la penitencia, la alegría y la mortificación, el perdón recíproco y el mutuo apoyo" (Benedicto XVI).
En esta casa de formación sacerdotal queremos asumir las tareas que engendra la gracia de la vocación al sacerdocio ministerial en verdadera amistad con la divina persona de Cristo, sin apartar la mirada de la experiencia y de la enseñanza de los santos, en particular de los Padres de la Iglesia, y los mártires que se formaron en esta casa de la Iglesia.
Formador y formando, en el diario encuentro, encuentran las energías espirituales para vencer la rutina, para apasionarse por la verdad, para practicar diligentemente la caridad, para anticipar, de algún modo, en el tiempo, el gozo propio de la eternidad.
Vivimos atentos a las necesidades de la sociedad y de la humanidad, advirtiendo las causas y ofreciendo soluciones, no olvidamos ni olvidaremos que la mejor aportación del Seminario a la Iglesia y a la sociedad son sacerdotes santos: "Si hay sacerdotes santos, el pueblo será piadoso; si hay sacerdotes sólo piadosos, el pueblo terminará en la corrupción" (Santo Cura de Ars).
Formadores y alumnos de su Seminario, el Seminario Diocesano de Guadalajara, queremos manifestar nuestra sincera gratitud a quienes material y espiritualmente nos acompañaron y apoyaron.
Les pedimos que sigan orando a Dios para que no falte generosidad en los jóvenes en quienes el Señor Jesús ha sembrado la semilla de la vocación al sacerdocio. A los sacerdotes les agradecemos su ejemplar ministerio, su conducta evangélicamente coherente, su aprecio, su comprensión y su oración: "Donde hay un buen sacerdote no faltan las vocaciones sacerdotales; si el sacerdote vive bien, no faltarán nuevos sacerdotes" (Beato John Henry Newman).
Que la próxima beatificación del recordado y venerado Juan Pablo II sea un vigoroso estímulo para la pastoral vocacional sacerdotal.
Igualmente, les compartimos nuestro compromiso de orar diarimente por el Papa Benedicto XVI, quien celebrará 60 años de su ordenación sacerdotal el 29 de junio del presente año; asimismo encomendamos a cada uno de ustedes, su familia, sus proyectos y necesidades.
Que María Santísima, San José y los Santos mártires nos alcancen de Cristo Jesús la gracia de tener abundantes santos seminaristas, promesa de un renovado y apostólico presbiterio.
Que Dios les pague.
Sr. Ob. Miguel Romano Gómez
Rector del Seminario de Guadalajara
Rector del Seminario de Guadalajara
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