Según los datos que nos aporta la Sagrada Escritura (sobre todo los Evangelios Sinópticos y los Hechos de los Apóstoles), no existe ninguna razón suficiente para identificar a "Bartolomé" con el Apóstol "Natanael", a quien el Evangelio de San Juan nombra acompañado de Felipe (Ver Jn 1, 43 - 51). En las listas que nos dejó San Mateo (Ver Mt 10, 2 - 4), San Marcos (Ver Mc 3, 16 - 19), San Lucas (Ver Lc 6, 14 - 16) y los Hechos de los Apóstoles (Ver Hch 1, 13), aparece siempre "Bartolomé", pero ningún "Natanael".
La tradición de la Iglesia, sin fundamento aparente, tratando de conservar el número "12" entre los escogidos del Señor para ser sus Apóstoles, y sorteando esta evidente dificultad, identificó a "Bartolomé" y a "Natanael" como un solo personaje (lo mismo ocurrió con Mateo - Leví, y con Judas - Tadeo).
El nombre de "Bartolomé", proviene del patronímico arameo "Bar - Tolmay", que podría traducirse como "Hijo de Ptolomeo".
Como hemos visto, es común encontrarlo en los relatos evangélicos al lado del Apóstol Felipe (salvo el relato de los Hechos, donde se encuentra al lado de Mateo. Ver Hch 1, 13), por lo que algunos autores han aventurado algún parentesco entre ellos, o por lo menos, cierta afinidad.
San Juan nos relata un episodio de colorido especial, donde el Apóstol proclama a Jesús como el "Hijo de Dios":
“Jesús decidió partir para Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: - Sígueme.
Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y de Pedro. Felipe se encontró con Natanael y le dijo:
- Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en el libro de la ley, y del que hablaron también los profetas: Es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.
Exclamó Natanael:
- ¿De Nazaret puede salir algo bueno?
Felipe le contestó:
- Ven y lo verás.
Cuando Jesús vio a Natanael, que venía hacia él, comentó:
- Este es un auténtico israelita, en quien no hay doblez alguna.
Natanael le preguntó:
- ¿Por qué me conoces?
Jesús respondió:
- Antes de que Felipe te llamara, te vi yo, cuando estabas debajo de la higuera.
Entonces, Natanael exclamó:
- Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.
Jesús prosiguió:
- ¿Te basta para creer el haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Verás cosas más grandes que ésa!
Y añadió Jesús:
- Les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre…”
(Ver Jn 1, 43 – 51)
Además de este pasaje, no hay alguno otro donde se le mencione explícitamente. De aquí, se desprende que en la vida pública de Jesús, él le acompañó en todos los demás eventos en que los apóstoles son mencionados.
Según una tradición recogida por Eusebio, Obispo de Cesarea, gran historiador de la Iglesia Católica (año 275 – 339 d.C.), San Bartolomé marchó a predicar el Evangelio, luego de que Jesús ascendiera victorioso a los cielos, a la India, donde dejó a la Iglesia naciente una copia del Evangelio de San Mateo en el idioma arameo.
La tradición armenia le atribuye también la predicación del cristianismo en su país, junto a San Judas Tadeo. Ambos, por tal motivo, son considerados santos patrones de la Iglesia Apostólica Armenia.
Su martirio y su muerte se atribuyen a un tal “Astiages”, rey de Armenia y hermano del rey “Polimio” que San Bartolomé habría convertido supuestamente al cristianismo.
Como los sacerdotes de los templos paganos, que se estaban quedando sin clientela a causa de la religión floreciente, protestaron ante el rey Astiages de la labor evangelizadora del Apóstol, éste mandó llamarlo, y le ordenó que adorara a sus ídolos, tal como él había hecho con su hermano quien supuestamente apostató. Ante la negativa de Bartolomé, el rey ordenó que fuera martirizado en su presencia hasta que renunciase a su Dios o muriese.
En el Arte se le suele representar con un gran cuchillo, aludiendo a su martirio, supuestamente desollado vivo (o sea, desprendiéndole totalmente la piel de su cuerpo) y decapitándolo (cortándole la cabeza). Por esta razón es el patrón de los curtidores.
También se le representa sujetando con una cadena a un demonio. El origen de este símbolo puede ser doble:
- En el evangelio apócrifo que lleva su nombre, San Bartolomé requiere a Cristo resucitado que le muestre al maligno "Belial" (es decir: Al demonio). Después de habérselo mostrado, Jesús le indica: "Písale la cabeza y pregúntale". Entonces, el Apóstol hace que le conteste sus preguntas acerca del pecado y de la caída de los ángeles (Ver Descensus ad ínferos).
- Según otra tradición, San Bartolomé expulsó a un demonio, denominado "Astaroth", de un templo donde éste vivía dentro de una estatua. El Apóstol demostró a los fieles la ineficacia de la estatua, pues decía que curaba todas las enfermedades, expulsó al Demonio, y purificó y consagró el templo al Santo nombre de Jesús.
Su festividad se conmemora un día como hoy, 24 de agosto, entre los italianos y españoles; el 11 de junio entre los griegos, coptos y sirios; y el 8 de diciembre entre los armenios.
Oración a San Bartolomé:
Oh, Dios omnipotente y eterno, que hiciste este día tan venerable con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé, concede a tu Iglesia amar lo que él creyó, y predicar lo que él enseñó. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén